martes, 10 de septiembre de 2013

La primera multa de la historia



Este hecho histórico tuvo acontecimiento en el año 1896. En los albores del siglo XX los primeros automóviles empezaban a circular por ciudades con caminos empedrados y rodeados por un tráfico compuesto principalmente por personas a pie y carros de caballos.
Las autoridades inglesas cuentan con el honor de haber impuesto la primera multa por exceso de velocidad. Fue en la ciudad de East Peckham (Kent, Reino Unido) donde se registró la primera sanción por ir demasiado rápido en un automóvil.

El infractor fue Walter Arnold, que recorría la zona a 13 km/h en su Karl Benz. No es que fuera una velocidad de vértigo, pero, en ese momento, el límite máximo permitido en zonas urbanas era de 3,2 km/h.
Walter Arnold hubiera seguido tan tranquilo su camino de no ser porque dio la casualidad de que pasó a esa tremenda velocidad por delante de la casa de un policía, que, alertado por el peligro que suponía la conducción temeraria de Arnold, decidió salir en su persecución.
El policía se lanzó a la captura del infractor a los mandos de una bicicleta y tuvo que perseguir a Arnold durante unos cuantos kilómetros hasta que finalmente consiguió darle alcance. En ese momento, le impuso una multa de un chelín, convirtiendo ese momento en un hito en la historia de la automoción.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Primer equipo de radar montado en un automovil


La vigilancia del tráfico se hizo más sofisticada en noviembre de 1954, cuando la policía de Sidney introdujo por primera vez equipos de radar para la detección de vehículos a alta velocidad.


 La fotografía muestra un radar visible en la parte trasera de un coche de policía durante las pruebas en la Universidad de Sydney. Se necesitaban dos agentes para operar el radar y había una pantalla de detección en la parte trasera y un medidor de velocidad de grabación en el interior del coche de la policía. En ese momento, el límite de velocidad en zonas urbanizadas era de 48km por hora.

NACISTE PRÍNCIPE Y MUERES REY, SEAT 600

El 27 de junio de 1957 comienza la fabricación del Seat 600 en España y, con el, el inicio en el país de la motorización masiva. Su nacimiento no sólo dio un vuelco a la industria automovilística española, sino que cambió por completo la vida de los españoles. En la era del abs, del airbag y la velocidad, el 600 sigue siendo símbolo de una etapa clave de la historia de España. Toda una pasión por unas ruedas que marcaron la vida ibérica de los 60.




Tan importante fue el éxito del 600, que su padre, el ingeniero italiano Dante Giacosa, fue el primer sorprendido. En 1968, en la revista Motor Mundial confesaba que “buscaba un coche económico, ligero y capaz, para satisfacer las necesidades de los italianos y he sido el primer sorprendido por su éxito”. Incluso el mismo reconocía que diseñaron el 850 para sustituirle y “el público nos demuestra que el 600 tiene cuerda para rato”.
El diseño del italiano, ingeniero de Fiat, llegó a España de la mano de Seat, la Sociedad Española de Automóviles de Turismo, en cuyo capital, además del Instituto Nacional de Industria y seis bancos, la firma automovilística italiana soportaba el 7% del capital y su licencia de fabricación. Tras siete años de existencia de Seat, en 1957, con una plantilla de 5.000 personas, comienza a fabricarse el 600 que, en sólo un año, multiplica su producción por seis.






El padre del 600 Dante Giacosa era un ingeniero italiano que tenía la idea de realizar un vehículo que colmara las aspiraciones del mayor número posible de italianosun coche económico al alcance de cualquiera, de agradable aspecto, interior amplio y que fuera ligero, vamos, el prototipo de los utilitarios.


Además, Giacosa sabía que su nuevo proyecto debía cumplir dos condiciones: que su mecánica fuera sencilla y que el motor estuviera colocado en un lugar que resultara accesible. Giacosa no sólo alumbró un vehículo que respondía con precisión a las necesidades de los italianos, sino a las de ciudadanos de otros países de Europa, entre ellos España.
Fue en 1952 cuando este ingeniero comenzó con el trabajo para dar a luz al Fiat 600, un automóvil que rebasó con creces todas las expectativas sobre su aceptación por parte de los consumidores y cuyo éxito aún hoy resulta muy difícil de superar.




El único problema del 600 es la refrigeración. Según su inventor, supuso el mayor problema con el que se encontraron a la hora de crear el coche. La solución que el mismo proponía era que la correa del ventilador estuviera bien tensada, además de procurar que no hubiera incrustaciones en el radiador.


A pesar de esta pequeña deficiencia el Seat 600, el 600D, el 600E y el 600L Especial siguen circulando por vías y caminos, haciendo guiños a un pedazo de historia en la que ellos son parte fundamental.


El último ejemplar que salio de la cadena de montaje fue un Seat 600 L especial de color blanco, bajo una pancarta que decía
"NACISTE PRINCIPE Y MUERES REY"










Fuentes: